domingo, 30 de diciembre de 2012

We Few, We Happy Few



Corre el año 1415. Los ingleses y los franceses están inmersos en una guerra que durará 116 años. Las tropas del rey inglés (Enrique V) marchan penosamente por las lluviosas y frías tierras de Normandia. El objetivo, llegar a Calais (ciudad inglesa) y de ahí a Londres y si es posible, sin encontrarse con ningún francés por el camino. Las bajas en la toma de Harfleur habían sido cuantiosas, llevan días sin llevarse algo decente a la boca y el frío les impede pegar ojo por las noches.

Por eso, cuando un ejército francés de unos veinte mil hombres frenan el paso a los doce mil ingleses, Enrique V no duda en buscar una solución diplomatica. Ante la negativa de unos franceses seguros de la victoria gracias a su aplastante superioridad numérica (se calcula que era de 1 a 3) y su temible caballería pesada, al rey inglés no le queda otra que plantar batalla. ¡Y que Dios todopoderoso se apiade de ellos. 

La mañana del 25  de octubre es especialmente fría; debido a las lluvias de los últimos días todo está empantanado. Enrique mira a sus compatriotas desangelados. Necesitan que alguien les infunda valor. ¡Y rápido! El rey sube a un montículo, y empieza a hablar.  


Maniobras francesas (azul) e inglesas (rojo)
La batalla apenas dura media hora. Los arqueros ingleses, situados en los flancos y protegidos de la caballería francesa por estacas de media altura (apuntando a la panza de los futuribles caballos), hacen estragos en las filas enemigas. Los franceses, atónicos, apenas pueden refugiarse de las flechas..¡el duque de Orleans ha caído! ¡Carlos d'Albert está muerto! ¡¿Quién liderará ahora a los galos?!

Ni siquiera un ataque de última hora al campamento inglés, en donde mueren todos los pajes y roban la espada de joyas del rey y la corona regia, cambia el curso de la batalla. Enrique V, encolerizado por la última maniobra francesa, indigna de un cristiano y caballero, pasa por las armas a todos los prisioneros franceses, salvando a los de alta cuna.Y así, finaliza la batalla  de Agincourt, en donde se produce el milagro inglés. 

La paz se firma entre los dos países. La princesa gala se casa con Enrique V y el hijo heredará la corona inglesa y francesa. El futuro de paz y unidad entre Inglaterra y Francia deja vislumbrar años de prosperidad y grandeza. Ah, pero que caprichoso es el destino, y que equivocados estaban todos.

Consecuencia de Agincourt: en rojo, territorios conquistados por Enrique V.

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