lunes, 28 de noviembre de 2011

Back Where You Never Been

Cuarta ronda. La cebada fermentada empieza atacar a las neuronas. Un amigo suelta un largo suspiro que nos sorprende a todos y con un ligero acento frances dice que tiene un problema gordo en su vida, más bien es la vida misma el problema.

Ya no estamos más en un pub de York, ya no hay un chaval tocando la guitarra, un grupo de amigos fumando en la terraza o una pareja jugando al Backgammon. Al menos no estamos físicamente porque la sencilla frase de mi amigo tiene el mismo efecto que la caja de Pandora una vez abierta.

Tras el segundo de mutismo, hablamos rápida y atropelladamente. Palabras de aliento, palabras sobre la vida y la conversación gira sobre un tema que me encanta. Que pena que en la superficie flote los ánimos oscuros de mi amigo.

¿Qué es la felicidad?

Tras un largo trago el ucraniano dice que la felicidad consiste en hacer lo que uno puede de acuerdo con sus posibilidades.

Joder, este chico tiene razón y lo que acaba de decir me recuerda a un artículo que mi profesor de filosofía repartió a la clase y que se titulaba " La Felicidad como Proyecto de Vida." El autor se sustentaba en la ilusión a medio/largo plazo, donde la creación de un plan de vida acorde con nuestras posibilidades y realista pero a la vez atractivo y retador era la clave para obtener el feliz envoltorio del caramelo de la vida. La amistad, el amor al trabajo, la convivencia, un plan B, tiempo y dedicatoria son los pilares de dicho plan. "La piedra filosofal está en hacer algo que merezca la pena con la propia vida, de acuerdo con las posibilidades de cada uno. La felicidad como proyecto significa tener un horizontes de metas y temas por lo que uno lucha con tesón, con el alma, con la cabeza, aspirando a lo mejor"

¡Carlos!...vuelvo en mi....te toca esta ronda....

Quinta ronda. ¿ Qué es la vida? Tópicos y frases repetidas durante siglos salen de nuestra boca. No amigos, en serio, ¿qué es la vida?

Un momento de silencio.

Un milagro. Dice uno

Una locura. Dice otro

Un regalo.

Una oportunidad.

Imagino que un poco de todo eso. Imagino que algo más. Un juego trucado. Un juego que nunca ganarás. Espera. ¿Qué nunca ganarás? ¿Por qué? ¿ Cómo se gana, cómo se pierde?

Nadie contesta a estas preguntas. Es mi momento de atacar.

Tu vida se medirá en el momento de morir. Ahí, recorderas el instante en el que fuiste feliz, o mejor dicho, tuviste "tranquilidad del alma", "el placer del alma" como diría Epicuro. Ese momento en el que sientes que todo esta bien, todo funciona y todo tiene sentido. Pero en verdad, nunca lo tiene porque todo esta roto y baila. Esa es la belleza de la vida. No hay punto fijo, no hay certezas. La verdad es inalcanzable porque la realidad nos llega difuminada por nuestro cuerpo humano. Los colores son creados por nuestros ojos. Vemos una montaña, pero ella es más que un cúmulo de piedras. Su esencia es otra. Andamos por este mundo con unas gafas puestas y somo incapaces de quitarlas

Si el conocimiento es imposible. ¿ Es válido el relativismo?

¡No! Puede que el mundo, el universo, sea distinto a lo que podemos captar, pero, en el momento en que lo captamos se vuelve real.

¡Ah! Pero entonces el argumento ontológico es válido entonces.

No. He dicho "captar", no pensar. Nosotros tocamos, olemos, oímos, vemos y saboreamos la realidad. Y eso es más fuerte que los pensamientos. Son nuestras herramientas para comprobar empíricamente nuestra realidad. No somos capaces de más y nunca lo seremos a no ser que evolucionemos hasta ver la cuarta dimensión, por ejemplo. La ciencia puede cambiar, evolucionar y los principios básicos derrumbarse con el paso del tiempo. Los neutrinos pueden viajar más rápido que la luz o incluso sin carga eléctrica.  La gravedad puede ser un fantasma. Pero todo ello es real en el momento que lo captamos. Es nuestra forma de relacionarnos con la realidad y, nos guste o no, es nuestra única forma de estar seguros de algo.

Sexta ronda. Nos disponemos a reanudar la conversación cuando una chica coge la guitarra y empieza a tocar "Changing of the guard" de Bob Dylan.

Dios mio, menuda voz. Ha conseguido hacer enmudecer a un pub lleno de borrachos. Me dan unas ganas terribles de saltar y hacer los coros.Vaya, al final resulta que las sirenas van a existir. La canción acaba y todos aplaudimos a rabiar. Dudo que sea el único al que se le cae la baba con este ángel.

Poco a poco el barullo vuelve a tonos normales y seguimos a lo nuestro una vez que nuestros intentos de que toque otra caigan en saco roto.

Entonces ¿ qué hace que merezca la pena vivir? Si nada es seguro excepto la muerte como nuestro irremediable final.

Bueno, cada uno tiene distintos motivos, el religioso buscara a Dios, el hombre de negocios crear una exitosa empresa, el jardinero construir el más bello jardin etc. Pero todas estas personas tienen algo en común. Y ese algo es la clave de todo. Ese algo es la " calidad". Un mundo sin calidad podría funcionar perfectamente pero sería frío. No habría arte. Todo sería igual. El "me la suda" sería el lema. No habría lema en cualquier caso. Por tanto es la calidad lo que da sentido a todo. Ella hace los sentimientos, el arte, todo por lo que merece la pena luchar, morir y vivir una vida de sinsabores. Es como el chiste que dice que Dios debería sentirse agradecido del demonio pues sin él su vida no tendría sentido. La calidad es nuestra maldición y bendición al mismo tiempo.

Pero , ¿qué es la calidad?

No lo sé. Esta a medio camino entre lo subjetivo y lo objetivo. Los objetos tienen calidades propias, no sólo la que nosotros le damos. Por tanto es un medio de captar la realidad, digamos, que es el sexto sentido. Pero a la vez es algo propio de los objetos. ¿ O no? No puedo estar seguro de ello.

Y dónde cabe Dios en todo esto.

Me dispongo a contestar pero el dueño del local dice que nos tenemos que ir. Es tarde y ya están cerrando.

Acordamos seguir la conversación otro día y nos despedimos entre bromas y abrazos.

Camino sólo a casa pensando en la chica Dylan y en nuestra conversación. ¿ Es en realidad la calidad lo que da sentido a todo o hay algo más? Creo que no hay nada más, pero ya una vez acostado y comprobado que tengo el nivel de azúcar dentro de lo normal no puedo evitar pensar que el hombre, en la cálida oficina, en el frío de la llanura esperando la batalla, en el momento cumbre de su éxito o en la desesperación del fracaso, busca la presencia, la comprensión, y el abrazo de una mujer.

Y mi último pensamiento antes de recibir el regalo de Morfeo, es sobre la chica Dylan y su increíble voz.

3 comentarios:

  1. Me encanta, desde luego nadie te podrá decir que no usas esa cabeza que tienes...

    Cuando nos volvamos a ver me encantaría que me explicases más que es eso de la "calidad". Quizás dentro de unos siglos los estudiantes de filosofía estudien la "calidad" de Borges, jeje
    XD

    ResponderEliminar
  2. jaja ¡gracias!

    Para lograr eso tendría que matar a mucha gente y destruir muchos libros, panfletos, archivos etc, vamos, que tendría que trabajar aún muchas más y no hay ganas XD Además de pretender ser el 1º ser humano en pensar sobre la "calidad"

    Estas Navidades quedamos y hablamos sobre ello. Sobre la calidad, no lo de matar gente y eso jeje

    ResponderEliminar
  3. Bueno, hablamos sobre lo que caiga... jejeje
    venga, nos vemos en navidad...

    XD

    ResponderEliminar