"24.000 personas mueren de hambre al día, 345 muertos en las carreteras españolas durante el verano, 16 muertos en un atentado en Irak, 50.000 muertos en la guerra civil de Libia...." ¿ está usted impresionado por estas cifras? ¿ asombrado? ¿ triste? ¿ algo se ha removido en su estómago al meno? No, verdad.
Y es que hemos desarrollado un escudo contra la barbarie del mundo, contra el ser humano y su debilidad material. Tanto, que incluso, si la desgracía sucede cerca tuya a penas te inmutas. El otro día murió un ex compañero de mi clase de la ESO. 21 años, al él dedico este post, al él le dedico mi "olvido en unas horas".
Coincidimos sólo un año, hace muchos. Pero da igual, aunque hubiésemos tenido más trato le habría olvidado igual. ¿soy un monstruo por ello? ¿ o por el contrario soy más humano?
Porque diariamente vemos la muerte a los ojos, a través de pantallas, sí, pero la magnanimidad de la escena es la misma, y nosotros seguimos a lo nuestro, a nuestros problemas. Porque en el fondo, ¿ qué más me da que haya millones personas con menos de un dolar al día en la India? ¿qué más me da que 5000 personal mueran al día en África de sida? La foto de Thomas Hoepker sobre el 11 de septiembre es el mejor ejemplo. Jóvenes hablando tranquilamente en Brooklyn y en el fondo el mayor atentado de la humanidad, unas 3000 personas muriendo. No se puede fotografiar un sentimiento y la moralidad de estas personas y el fotógrafo de hacer la foto y publicarla es cuestionable e igual la hicieron para "divertirse", pero lo que si muestra es un hecho: la vida no se para porque la muerte, o una batalla, o un acto de terror este pasando muy cerca.
Los artistas y escritores han manifestado esta verdad durante décadas, por ejemplo el cuadro de " La caída de Icaro" del pintor renacentista P. Bruegel o la escena final de " La Chaqueta Metálica" del genial Kubrick.
Personalmente, me parece un acto, comprensible, políticamente poco correcto, pero especialmente humano, un método más de sobrevivir, de protegernos contra la crudeza de la vida. La vida sigue, el mundo no cambia porque nosotros lo estemos pasando mal, igual que nosotros no lo hacemos cuando el mundo sufre. Y entonando "Mickey Mouse" o la canción que más nos guste, seguimos adelante, cada uno como puede, porque "el mundo es una puta mierda, sí, pero estoy vivo..."
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