Un día leí esto: “De mi vida lo que puedo contar es bueno, por eso la escribo poco."
Hace un año comencé a publicar mi blog pletórico de dudas y dogmas, como una buena religión que aspira a dominar el mundo. Pero cuando las cosas amenazan con ir bien resulta de mala educación contarlo. La cultura del alarde está muy extendida en España, por eso hay tantas televisiones: porque no damos abasto. Tras eliminar el contador de visitas del blog, un amigo me preguntó por qué: ‘Porque empezaban a ser muchas”.
Los lectores no sé cómo van, porque de entre las pocas cosas que he ido abandonando en los últimos tiempos la principal es el control de daños. Pero mi vida empieza a ponerse divertida otra vez.
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