miércoles, 14 de marzo de 2012

El Anarquista

"Anarquismo es el nombre que se da a un principio o teoría de la vida y la conducta que concibe una sociedad sin gobierno, en que se obtiene armonía, no por sometimiento a ley, ni obediencia a la autoridad, sino por acuerdos libres establecidos entre diversos grupos, territoriales y profesionales, libremente constituidos para la producción y el consumo, y para la satisfacción de la infinita variedad de necesidades y aspiraciones de un ser civilizado.

En una sociedad desarrollada sobre estas directrices, las asociaciones voluntarias que han empezado ya a abarcar todos los campos de la actividad humana adquirirían una extensión aún mayor hasta el punto de sustituir al Estado en todas sus funciones. Representaría una red de entretejida, compuesta de una infinita variedad de grupos y federaciones de todos los tamaños y grados, locales, regionales, nacionales e internacionales, temporales, temporales o más o menos permanentes, para todos los objetivos posibles: producción, consumo e intercambio, comunicaciones, servicios sanitarios, educación, protección mutua, defensa del territorio, etc; y por otra parte, para la satisfacción de un número creciente de necesidades científicas, artísticas, literarias y de relación social.

Además, tal sociedad no se pretendería inmutable. Por el contrario, como sucede en todo el conjunto de la vida orgánica, derivase la armonía de un ajuste y reajuste perpetuo y variable en equilibrio de la multitud de fuerzas e influencias, y este ajuste se obtendría, dicho brevemente, si ninguna fuerza gozase de la protección especial del Estado."

Bonito, ¿verdad? Demasiado para mi gusto. Pero la definición de anarquía de Kropotkin para la Enciclopedia Británica tiene un gran magnetismo. Y aunque esta utopía aún está muy lejos de realizarse, por causas evidentes, se están dando pasos agigantados hacia su consecución, aunque sea de manera inconsciente.

Hace poco la CNN dejó caer que Apple valía más que Polonia. Aunque la noticia es falsa (¡viva el rigorismo periodístico!) no deja de ser falso que hoy en día, los activos y facturaciones de, no pocas, empresas multinacionales superan ampliamente el PIB de muchos países. Gracias a este poder tan enorme y su flexibilidad geográfica, las empresas multinacionales pueden, a través de sus filiales, presentar ciertos obstáculos a la autonomia a la hora en que un Estado articula la política y la economía nacional

Curiosamente el proceso de globalización puede ser uno de los primeros pasos más importantes para la consecución de una anarquía; para volver a ser dueños de nosotros mismos; para la desaparición de un Estado que observa, inspecciona, espia, dirige, legisla, regula, inscribe, adoctrina, sermonea, controla, mide, sopesa, censura e instruye a los hombres. La globalización es el mejor abono para la fructificación de empresas multi/transnacionales que, en su desarrollo, permite la desaparición de los Estados, dejando al hombre libre, dueño de sí mismo, guiándose por una economía de mercado libre.

No hace falta impregnar el anarquismo con ideas socialistas o violentas que lleven a dictaduras de proletariado que ahogue la libertad con hipocresías como "solidaridad social." El propio avance histórico de la humanidad llegará a la consecución de esta sociedad de personas libres e iguales.  El anarquismo hoy en día es inviable. Pero estoy seguro de que, antes o después, el sueño de Kropotkin se hará realidad.

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