Llevo semanas sin escribir. Y no por falta de argumentos, que los hay, sino porque hay post muy claros en mi cabeza pero no puedo escribirlos. Y es cuestión de ética. Y es complicado, porque tienes una idea en la cabeza y su traducción en palabras escritas no siempre es fiel, y debería serlo.
Llegan temas de los que te apetece hablar, luego les pones pegas: que si demasiado personal, argumentos endebles, populismo, gilipolleces varias y un largo etcétera. Y te quedas mirando la página en blanco, buscando una inspiración que no llega ni aunque le ofrezcas el oro y el moro. Cierras la ventanilla de "nueva entrada" y lo publicas en tu interior.
Este es un blog personal y humilde. Intento ser consecuente con mis ideas y ser lo más honesto posible. Ahí reside el problema. No sé quién leerá mis post (muy poca gente, la verdad) pero el "qué dirán" ha censurado la mayoría de mis entradas. Los más asiduos lectores son mi cerebro y mi corazón, que compiten por influir el texto. El primero casi siempre lo consigue en el blog oficial, el que están leyendo ustedes, pero el segundo se sabe ganador del bog interior, y por eso late con chulería.
Esta entrada sirve para intentar llegar a un acuerdo por unanimidad conmigo mismo y mi propia conciencia. Y, así, dedicarme a escribir algo más personal, que la marea de este invento llamado internet se lo lleve lejos de mi, sin importarme a quien le llegue. Para publicar esos textos, que desde hace unos días, tengo en cola.
Hola Carlos!! cuanto tiempo!! jeje
ResponderEliminarme gusta la frase que has puesto como subtítulo del blog.
"yo también soy víctima del ", personalmente creo que a veces hay que vencerlo, a veces no, no todo debe ser publicado. Pero yo qué sé...
un abrazo!!
me ha cortado la frase, yo también soy víctima del "qué dirán", jeje, ya te dejo en paz el blog...
ResponderEliminarXD
¡Ya ves! Espero que todo vaya bien :)
EliminarClaro, es que a veces apetece hablar de temas personales pa' sacarlo de ti o explicar mejor un punto de vista filosófico y tal. Pero no me agrada mucho. Y al modificarlo pierde fuerza, no soy del todo honesto conmigo mismo y, encima, me cuesta más escribirlo. ¿Qué hacer en esos casos?
Es de Neil Gaiman, un auténtico genio, te recomiendo cualquiera de sus libros. Sobre todo la serie de cómics Sandman.